Acabó julio, y para mi ha sido el mejor mes de mi vida. El día tres Marga y yo tuvimos un aliciente más para vivir, nació Eloy, nuestro hijo. El niño más bonito que jamás haya visto, y es que ahora entiendo eso que se dice de amor de padre...
Evidentemente, el entreno pasa a un segundo plano, sobre todo por la falta de tiempo, pero de todas formas logro entrenar durante el mes, a excepción de la semana del nacimiento. Y los he centrado sobre todo en la carrera a pie, ya que con poco tiempo puedo estar de nuevo en el piso para ayudar a Marga con el niño. De competiciones ni hablamos, lógicamente. Ya habrá tiempo para poder realizar alguna.
Al final salgo a correr en todo el mes doce días, haciendo 96'19 km, que no está nada mal. La bici la cojo tres días, para ir a Fernán-Núñez y volver rabiando..., acabando el mes con 89'66 km en esas tres salidas y la natación también ha sido escasa, y eso es lo peor, porque es donde más pierdo cuando paro, yendo a nadar cinco días para hacer un total de 10.200 metros, haciendo unos dos mil metros cada día.
Eso es lo que ha deparado julio, un mes y una fecha, 3/7/2012, que no olvidaré nunca...
¡¡BIENVENIDO ELOY!!
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